Un estudio conjunto de la Organización Mundial de la Salud y Save the Children pone de manifiesto las estadísticas más recientes sobre mortalidad neonatal en el mundo y llama la atención sobre la necesidad actuar a favor de la supervivencia infantil.
Las muertes de recién nacidos disminuyeron de los 4.6 millones en 1990 a los 3.3 millones en 2009, aunque la caída empezó a ser un poco más acelerada desde el año 2000. La mayor inversión en atención sanitaria hacia la mujer y la infancia en la última década, a partir del establecimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) por parte de la ONU, contribuyó de manera significativa a un mayor progreso en la supervivencia de las madres (2,3% anual) y de los bebés menores de 5 años (2,3%) con respecto al progreso registrado en la supervivencia de los recién nacidos (1,7%).
Disminuye la mortalidad entre los recién nacidos pero la tasa sigue siendo demasiado elevada
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