Desde una perspectiva de disfrute y crecimiento personal, se entiende que el ocio se puede desarrollar en diferentes áreas: lúdica, ambiental-ecológica, creativa, festiva y solidaria, siendo todas ellas válidas y susceptibles de generar los mismos o parecidos beneficios.
En las últimas décadas, la incorporación de las nuevas tecnologías de la información (TICs) en la vida cotidiana y en las actividades de tiempo libre, han modificado el concepto del ocio “tradicional” tal y como lo conocíamos. Esta nueva situación ha dado lugar a “nuevos ocios digitales” que en función de la tendencia tecnológica se pueden abordar desde el punto de vista social (redes sociales y smartphones) y lúdico (videojuegos).
Las corrientes sociológicas han destacado que es necesario el ocio saludable entendido como un espacio de socialización que protege y previene situaciones de riesgo, puesto que implica relacionarse con otras personas, comunicarse y, en suma, aprender en esa relación.