Madrid 7 de febrero de 2020. “En una sociedad como la española uno no esperaría que un tercio de los niños y niñas estén en riesgo de pobreza o exclusión social” ha señalado el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, al finalizar su visita oficial a España.
“La recuperación después de la recesión ha dejado a muchos atrás, con políticas económicas que benefician a las empresas y a los grupos más ricos, mientras que los grupos menos privilegiados han de lidiar con servicios públicos fragmentados que sufrieron serios recortes después de 2008 y nunca se restauraron” ha señalado Alston.
En 2018, el 26,1% de la población española, y el 29,5% de los niños y niñas, se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social. Más del 55% experimentó dificultades para llegar a fin de mes y el 5,4% sufrió privación material severa.
Entre los grupos más vulnerables a la pobrez Alston ha mencionado a las personas con discapacidad, a la población gitana, a los migrantes, a las trabajadoras domésticas y a los niños y niñas no acompañados, que sufren toda una serie de barbaridades como el hecho de que se realice un examen genital para evaluar su edad.
En un segundo grupo de vulnerabilidad ha mencionado a los españoles con pocos ingresos económicos y ha señalado que los beneficios a las familias son inadecuados, que existen provisiones muy limitadas para los niños de 0-3 años y ha señalado su preocupación por la pobreza energética. “Es necesario que España se mire en el espejo, que se dé cuenta de que los tiempos han cambiado y de que las políticas necesitan cambiar” ha explicado.
Por otro lado, Alston ha señalado las bondades del sistema de sanidad y del sistema de pensiones español. Sin embargo, sobre el sistema educativo ha explicado que “aunque en principio es muy bueno porque es gratis y universal, en realidad muchas familias no se pueden permitir los costes asociados. Si no puedes comprar libros, no tienes suficiente alimento o no puedes hacer nada durante el verano, todo ello repercute en el desempeño escolar”
Alston ha explicado que existe un alto grado de segregación entre las escuelas españolas y muy poca movilidad y, como consecuencia, si naces pobre heredas esa pobreza. Además, muchos niños y niñas de familias con pocos recursos económicos abandonan la escuela porque no ven el valor de la educación, la dejan para conseguir un trabajo, aunque está probado estadísticamente que sus perspectivas económicas, al no haber finalizado su educación, se reducen. “No se ha puesto suficientemente el foco en el tema del abandono escolar”.
También ha señalado que hay muchas diferencias en el sistema educativo entre las Comunidades Autónomas. “Un sistema descentralizado tiene sus retos, pero en un área como esta existe una necesidad de coordinación por parte del gobierno central para alcanzar niveles adecuados de educación”.
Además, Alston ha incidido en las dificultades específicas de la población gitana y la necesidad de que el gobierno se comprometa a poner el foco en ellas. Y ha señalado también la vulnerabilidad de los hogares monomarentales, de los cuales un 50% se encuentra en riesgo de pobreza.
El Relator señala que hay esperanza, ya que el nuevo Gobierno de coalición está firmemente comprometido con lograr la justicia social. Sin embargo, los retos son grandes “Los derechos sociales necesitan verse como la base de las políticas gubernamentales, estos derechos están en la Constitución Española pero no se toman en serio, y las políticas no se hacen pensando que toda la gente que vive en España tiene estos derechos, que no deberían depender de dónde vivas. Esta base ideológica es esencial para cambiar la situación” ha explicado.