Save the Children ha publicado la Carta abierta de Thomas Hammarberg, Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, sobre el compromiso para poner fin al castigo físico contra la infancia. Recomendamos su lectura:
La mayoría de los miembros del Consejo de Europa se han comprometido a poner fin a todo tipo de castigo físico contra la infancia. El ejemplo, instaurado por primera vez por Suecia en 1979, demuestra que la prohibición del castigo realizado por los padres y madres tenía todo el sentido. Importante fue que su postura fuese confirmada por la Convención de los Derechos del Niño de la ONU. Este tratado estipulaba que los gobiernos deberían tomar los pasos legislativos y las medidas necesarias para proteger a la infancia frente a todo tipo de violencia física o psíquica mientras los niños o niñas estén bajo el cuidado de sus padres, tutores legales o cualquier otra persona encargada de su cuidado.
Tiene que destacarse una y otra vez que este no es un juego en el que ganan los hijos o los padres. La Convención de la ONU tiene una perspectiva profundamente familiar y subraya la importancia absoluta de contar con un buen ambiente en la familia así como la necesidad, en algunos casos, de dar apoyo a los padres y madres que pasen por una situación de crisis. La violencia contra la infancia es un reflejo de que existe un colapso en la familia y actúa como reclamo para la protección de la vida, el bienestar y la dignidad del niño y de la niña. Esta es la razón principal por la que la prevención de la violencia familiar contra la infancia se reconoce en la actualidad como una de las preocupaciones principales en la defensa de los derechos humanos.
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