En algunas regiones del mundo las personas menores representan del 30 al 40% de la población. En vista de este número, la cuestión de la puesta en marcha de una justicia juvenil restaurativa se tiene en cuenta más que nunca para jóvenes en conflicto con la ley. Con ocasión de la segunda jornada del Congreso mundial sobre justicia juvenil, los expertos se reunieron en sesión plenaria para discutir las dimensiones claves de la justicia juvenil restaurativa.
Estimular el diálogo
Una aproximación restaurativa de la justicia juvenil estimula en primer lugar el diálogo entre menores en conflicto con la ley, la víctima, la familia y la comunidad. Cada parte es considerada como un actor en la resolución de conflictos. Esta aproximación considerada “participativa” permite a la víctima mantener un diálogo con el delincuente, con el objetivo de disipar sus frustraciones y sus miedos. El intercambio, permite jóvenes en conflicto con la ley tomar conciencia de sus actos y modificar en consecuencia su actitud y su conducta. El aspecto participativo es crucial, pues permite a las personas jóvenes intervenir por el lado de la decisión de la justicia, viéndola así más aceptable.
Estimular la reintegración
Una política que respeta a las personas menores busca también reintegrarlas en la sociedad a través de las alternativas a las medidas privativas de libertad. Por eso se dice “educativa” y se pone a cualquier forma de represión, salvo en casos extremos. Una persona joven en un centro de detención está de hecho aislado, estigmatizado y excluido. En esta situación, sumando el riesgo de ser víctima de violencias institucionales, va a reducir considerablemente sus perspectivas de futuro que no sean las de la criminalidad, e incluso se puede ver empujado a radicalizarse. Por el contrario, las personas jóvenes que se benefician de medidas no privativas de libertad tienen mayores oportunidades de reconstruir su vida, regresar a la escuela y reintegrarse en la sociedad.
Estimular la formación de profesionales de la justicia
Los expertos en justicia juvenil también han comentado la falta de instituciones especializadas y de profesionales que trabajan con menores así como la falta de coordinación entre las instituciones. En efecto, la justicia juvenil debe estar disociada de la justicia criminal para adultos. Todas las intervenciones de profesionales de la justicia juvenil restaurativa deben tener una especialización en materia de tratamiento jurídico, social y educativo. Esta aproximación permite responder a las necesidades y especificidades de cada niño y niña en conflicto con la ley, proporcionándoles prestaciones de calidad durante todos los pasos del procedimiento.
El Congresos mundial sobre justicia juvenil fue organizado conjuntamente por el Gobierno suizo y la ONG de ayuda a la infancia, Terre des hommes – Lausanne.