El 10 de diciembre de todos los años celebramos el Día de los Derechos Humanos para recordar que todos y todas las personas en el mundo tenemos derechos y que los mismos, deben ser respetados, al margen de las creencias, el lugar de procedencia, la edad, el género y cualquier otra condición. En pocas palabras, es un día para recordar que todos y todas somos iguales en derechos. Este año, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha instado a todos los Estados a que cumplan con su obligación de proteger los derechos humanos todos los días del año e insta a la ciudadanía para que exija a sus gobiernos la rendición de cuentas en este sentido, bajo el lema «Derechos Humanos, 365 días al año».
La lucha por el respeto y cumplimiento de los derechos humanos no debería existir. Tristemente la realidad nos confirma que en diferentes rincones del mundo estamos aún muy lejos de conseguir que este reto se cumpla. Niños y niñas se ven obligados a ejercer la prostitución, a trabajar en la extracción de diamantes, en las galerías de las minas, en los hornos de vidrio, en las fábricas de alfombras, en los vertederos de basura…niños y niñas son vendidos por sus familias, alistados en grupos armados, obligados a desplazarse por las guerras, víctimas de la pobreza, de las enfermedades, de los proxenetas, traficantes, agentes turísticos, empresarios, etcétera, que actúan con escandalosa impunidad, víctimas también del sistema judicial, administrativo y civil, de las instituciones, y, por supuesto, de los Estados…
La Plataforma de Infancia trabaja por la defensa de los derechos humanos, en específico, de los niños y de las niñas y, aunque dedicamos buena parte de nuestra labor al cumplimiento de la aplicación de los derechos de la infancia en España, hoy, deseamos visibilizar a dos personas que se han convertido en un símbolo y han conseguido grandes avances en el ámbito de la protección, promoción y defensa de los derechos de la infancia. Ellos son: Kailash y Malala, ambos recientemente nombrados premios Nobel de la Paz 2014.
Malala es ahora Premio Nobel de la Paz, pero este homenaje no es sólo por el reconocimiento sino por el símbolo que ha supuesto para muchas niñas en el mundo que ven aún sus derechos sin cumplir. Malala se ha convertido en un referente de lucha por el derecho a la educación, especialmente de las niñas y ha dado la voz a muchos niños y niñas que en el mundo se encuentran en situación de vulnerabilidad. Desde que Malala fue víctima de ataques por parte de grupos armados que veían como una amenaza su lucha por la educación de las niñas, la Plataforma de Infancia ha seguido de cerca su historia y todo lo que ha contribuido para reivindicar los derechos de la infancia en el mundo. Hoy celebramos que Malala siga siendo ese motor de movilización y nos unimos a la petición para que paren los matrimonios forzados, la explotación sexual infantil, la violencia y tantas vulneraciones de los derechos que se comenten contra las niñas y los niños en el mundo.
Por su parte, Kailash Satyarthi ha tenido una ardua batalla contra el trabajo infantil en las calles más escondidas de la India, recuperando niños, niñas y adolescentes en esta situación. En 1998 lideró la marcha contra el trabajo infantil hasta la sede de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, y se logró suscribir un tratado en el cual se compromete a erradicar las peores formas de Trabajo Infantil.
“Cuando comencé mi lucha contra este flegelo, nadie estaba preparado para escucharme. Tuve que ir a pueblos y hablar con la gente y funcionarios gubernamentales que aceptaban el problema como algo usual: los niños deben trabajar porque son pobres, así ocurrió en muchos países, la mayoría diría yo”, manifestó Kailash en el video que compartimos a continuación.
En este video, editado por la OIT, Kailash relata el descubrimiento de redes secretas de captación infantil y cómo los chicos tienen que sobrevivir a terribles condiciones de trabajo infantil en fábricas pequeñas y promover medidas a nivel mundial contra el trabajo infantil.
El Día de los Derechos Humanos fue proclamado por la Asamblea General en 1950, y la fecha elegida coincide con el aniversario de la aprobación en 1948 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este histórico documento se detalla en sentido amplio que «la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana». De forma detallada, la Declaración se compone por 30 artículos dando cobertura a los derechos fundamentales civiles, culturales, económicos, políticos y sociales que nos unen como comunidad internacional bajo los mismos ideales y valores. Esperamos desde la Plataforma de Infancia que los Estados se hagan eco del llamamiento del Secretario General de Naciones Unidas y que cumplan con su obligación de proteger los derechos humanos, especialmente de los niños y niñas en sus territorios.