Mientras asistimos a un panorama de movilizaciones de toda la comunidad educativa en España que ante los recortes de financiación y de otros recursos, sale a la calle para reclamar una educación pública y de calidad, nos preguntamos: ¿estamos demandando también el rescate de los valores de la educación? ¿Es acaso una cuestión de recursos o también debe ser una cuestión de valores? ¿A quién le corresponde el papel de educar en valores?
Los datos actuales sobre educación son reveladores. Casi el 60% de los parados actuales no superaron los estudios secundarios. El balance del progreso educativo en España es preocupante, con un 26% de jóvenes que abandonan la educación obligatoria y un 28% que, superándola, deciden no continuar con los estudios. Para el actual Ministro de Educación, José Ignacio Wert, “el problema de la educación española no es fundamentalmente un problema de recursos”, sino que la gestión de los mismos ha sido ineficiente. Sin embargo, las cifras rebaten está afirmación. Mientras la media de inversión en educación de la UE se sitúa en el 5,5% del PIB, esta cifra queda reducida al 4,3% en el caso español, muy por debajo del 6% destinado en Finlandia, paradigma del éxito educativo.
Es cierto que los valores del esfuerzo, la excelencia y la exigencia, tal y como defiende el nuevo Ejecutivo, han de estar presentes en nuestro sistema educativo, pero como afirma el catedrático de Sociología Julio Caravana, “la competencia no siempre es la única solución”.
Adela Cortina, Catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, plantea que “educar en habilidades y conocimiento resulta imprescindible para tener una sociedad «alta de moral» y no desmoralizada. Y no sólo porque las personas que cuentan con conocimientos tienen más posibilidades de abrirse un buen camino en la vida, cosa que no siempre ocurre, sino porque una sociedad bien informada tiene mayor capacidad de aprovechar sus recursos materiales y es, además, menos permeable al engaño que una sociedad ignorante”.
No obstante, conviene reflexionar sobre si realmente estamos trabajando desde el ámbito educativo para enseñar la virtud.
Según muchos educadores la escuela debe enseñar a pensar y tiene que enseñar a convivir. Debe enseñar conocimientos, pero también trabajar para que éstos no se conviertan en un modo de explotar, dominar y engañar a los demás. “No hay conocimiento útil si no nos hace mejores personas. Podemos tener un cuadro consensuado de valores en una sociedad democrática”, como defiende Adela Cortina en su libro Ética de la sociedad civil. Una ética que sirva para todos y todas… “Una ética asentada en la justicia, en la libertad, en la solidaridad, en la compasión, en la paz, en la dignidad de los seres humanos…”
Desde la Plataforma de Infancia y en el marco de la campaña de movilización ciudadana que está poniendo en marcha:“Tu experiencia crea escuela”, abrimos el debate en el apartado de Transmisión de Valores para que podáis participar comentando y compartiendo vuestras experiencias en este sentido, para reflexionar sobre cómo está la situación de la educación en el área de valores y si podemos hacer algo para mejorar el panorama en España.