El 18 de noviembre es el Día Europeo de la Protección de la Infancia contra la Explotación Sexual y el Abuso Sexual, adoptado por el Comité de Ministros del Consejo de Europa el 12 de mayo de 2015. Los objetivos del Día Europeo son: sensibilizar a la población sobre la explotación sexual y el abuso sexual de niños, niñas y adolescentes y la necesidad de prevenir tales actos; facilitar un debate abierto sobre la protección de los niños contra la explotación sexual y el abuso sexual y ayudar a prevenir y eliminar la estigmatización de víctimas.
¿Qué es secretos que duelen y por qué ahora?
El pasado año, la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía lanzó una campaña contra el abuso sexual infantil bajo el título de secretosqueduelen, creada por la Fundación Márgenes y Vínculos.
Tras la irrupción del COVID-19, el desarrollo de la campaña se vio alterado, posponiendo la presentación institucional en las ocho provincias andaluzas. El impacto que lamentablemente el confinamiento ha tenido sobre la infancia, dan mayor vigencia a esta campaña. Y es que la verdadera magnitud del abuso sexual de menores en el ámbito doméstico durante la pandemia de la COVID-19 solo se conocerá después de que se hayan suavizado las medidas de confinamiento, dado que para los menores se hace más difícil denunciar cuando están confinados con el principal agresor.
Esta campaña propone diversos materiales de sensibilización e información y se dirige a la población adulta por ser estos los principales actores que pueden intervenir en la prevención, detección y protección ante las situaciones de violencia sexual infantil.
Esta colección de materiales incluye, una guía en formato digital dirigida a los adultos responsables, con información práctica sobre la violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes, así como una serie de recomendaciones para prevenir el abuso sexual infantil y la forma de proceder ante cualquier sospecha, una página web específica con información y recursos y cinco spots dirigidos a los medios de comunicación audiovisual.
La campaña va dirigida a las personas adultas, por ser estos los principales actores que pueden intervenir en la prevención, detección y protección ante las situaciones de violencia sexual infantil.
¿Qué pretende la Fundación Márgenes y Vínculos con esta campaña?
- Sensibilizar a la población adulta sobre el fenómeno del abuso sexual infantil. Muy especialmente, esta campaña irá dirigida hacia el ámbito familiar, por ser este el primer espacio social de protección del menor.
- Difundir información práctica a la población adulta acerca de cómo prevenir, detectar y abordar en el entorno familiar el abuso sexual en la infancia y adolescencia.
- Generar conciencia social en nuestra comunidad sobre el gravísimo problema del abuso sexual a la infancia, y la necesidad de establecer entornos seguros para la infancia a través de mecanismos de prevención y protección desde el ámbito familiar.
Violencia sexual infantil y confinamiento
Hay indicios de que la crisis de la COVID-19 ha exacerbado el problema de la violencia sexual hacia la infancia7, sobre todo, para los niños, niñas y adolescentes que viven con sus agresores. Además, los niños pasan más tiempo en la red que antes, y con menos supervisión. Si bien esto les ha permitido continuar con su educación y mantenerse en contacto con sus compañeros, existen señales de que así se incrementa el riesgo de que los niños contacten con depredadores en línea9. Por el incremento de delincuentes confinados en casa, ha aumentado la demanda de pornografía infantil, lo que, a su vez, ha provocado una mayor demanda de nuevos materiales y, por tanto, más abusos.
El abuso y la explotación sexual de menores puede adoptar diferentes formas y producirse tanto en línea (por ejemplo, al obligar a un niño a participar en actividades sexuales por medio de emisión en directo o intercambiar pornografía infantil en línea), como sin conexión a internet (por ejemplo, al mantener relaciones sexuales con un niño o hacerle participar en prostitución infantil). Cuando los abusos también se graban y comparten por internet, se perpetúa el daño. Las víctimas tienen que vivir sabiendo que las fotografías y los vídeos de los delitos que muestran los peores momentos de su vida circulan libremente y que ese material lo puede ver cualquiera, incluidos sus amigos y familiares.
El Parlamento Europeo y el Consejo han pedido la adopción de nuevas medidas concretas. También se han realizado peticiones similares a escala mundial en distintos foros, incluidos los medios de comunicación, pues es patente que el mundo en conjunto está perdiendo la batalla contra estos delitos y no protege de manera efectiva el derecho de cada niño de vivir a salvo de la violencia.
La prevención de violencia sexual hacia la infancia
La educación afectivo-sexual comienza en el hogar y es fundamental para los niños, niñas y adolescentes. Las familias, como figuras de referencia, desempeñamos un papel esencial en la educación sexual de nuestros hijos e hijas. No se trata exclusivamente de hablar del cuerpo y los órganos sexuales o de determinadas conductas sexuales como se tiende a pensar. La educación afectivo-sexual está relacionada con los afectos, las emociones, los sentimientos, las conductas y las vivencias.
Esta educación debe tratarse con naturalidad y respeto, e incluir la identificación de situaciones de riesgo. Para ello, la sensibilización y la formación de madres y padres y profesionales que estén en contacto directo con los niños y niñas es fundamental para la prevención de la violencia sexual hacia la infancia y la detección precoz de estas situaciones. Así, hay programas para la prevención y sensibilización sobre la violencia sexual infantil desarrollándose en los centros educativos, interviniendo con el alumnado, los familiares, el profesorado y los agentes sociales.
Para prevenir es necesario que los niños y niñas conozcan los distintos tipos de abusos y las formas de protegerse y actuar, pero es responsabilidad de los adultos y de las instituciones establecer políticas y medidas para lograr espacios seguros y protectores para los niños, niñas y adolescentes frente a los nuevos riesgos que surgen para los menores en el ámbito familiar, educativo y social.